Si todo lo que vamos a ser más adelante empieza cuando estamos jugando a crecer, entonces yo estuve destinada a a m a r l a s c o c i n a s desde chiquita, chiquitita!.
Hace un tiempo me encontré en una venta on line una réplica exacta de mi cocinita de hojalata (¡el juguete que más extraño de todos los juguetes que tuve!), y esa mezcla de nostalgia y alegría que me trajo ese recuerdo de horas jugando a h a c e r c o m i d a s, de alguna manera empezó a preparar lo que hoy es m e s a b i e r t a.
No soy profesional de la gastronomía, y conozco a muchos que cocinan mejor que yo, pero el lugar del mundo donde quiero estar s i e m p r e t i e n e u n a c o c i n a como protagonista!. Hoy, ya grande, sigo jugando entre ollas, recetas y recuerdos diarios.
Con la imagen de la cocinita también aparecieron los desayunos de p a n c o n m a n t e c a y a z ú c a r en los veranos de Mar del Plata con mi bisabuela, las siestas en Misiones preparando un bizcochuelo para la h o r a d e l m a t e y las vueltas dadas con la cuchara de madera a la olla del dulce de leche en la c o c i n a d e l e ñ a, momentos de antes que de tanto en tanto están presentes en la v i d a c o t i d i a n a de hoy, convertidos en nuevos ritos y memorias futuras.
¿Cuál es tu secreto de cocina?. Revisá recetas y despertá sabores. Compartí #CocinaConHistoria con mesabierta y sumemos ingredientes para hacer un relato colectivo.